En principio, y debido a esa supuesta provisionalidad, se quiso hacer una solución sencilla colocando una lona para protegerse en los días de lluvia, pero debido a los problemas que esta acarreó con sus roturas se decidió que la estación de autobuses Termibus fuese sometida a una gran reforma para ser una estación permanente durante unos años más en ese lugar estratégico de Bilbao.
El arquitecto inglés Nicholas Grimshaw fue el encargado de desarrollar la obra definitiva de Termibus, basada en una estructura sencilla abierta con paradas perimetrales y cubierta por marquesinas semicurvas.
Constructivamente Grimshaw utilizó materiales nobles como el acero inoxidable y el vidrio templado.
La nueva terminal soterrada tendría tres plantas bajo rasante y un edificio de hasta 14 pisos como máximo en superficie en el que convivirían un gimnasio, un hotel, una residencia de estudiantes y un centro comercial.
[42] Simultáneamente, el concejal de Obras, Servicios, Rehabilitación Urbana y Espacio Público del Ayuntamiento de Bilbao, Asier Abaunza, indicaba que se seguía trabajando con la fecha de finales de mayo para finalizar la obra civil y que la estación entraría en funcionamiento en el último trimestre del año.
Asimismo, la obligatoriedad de la finalización y operatividad a partir de dicho mes vino determinada, por un lado, por el contrato firmado entre el ayuntamiento y la concesionaria, y por otro, por la salida obligada de la parcela de la estación provisional también por contrato entre la sociedad Bilbao Ría 2000 y el Grupo Arrasate, levantando este último seguidamente la quinta y última torre de Garellano diseñada por el arquitecto británico Richard Rogers.
[1][2][18] Una vez finalizada la nueva estación su distribución fue la siguiente:[51][12][52] En el diseño de la estación se tuvo en cuenta el futuro crecimiento previsto en el transporte por carretera pudiendo atender hasta un 25% más de autobuses.
Por ello el Ayuntamiento dispuso que casi media planta del nivel más profundo, el -4, estuviera destinado también a autobuses.
Aunque en un inicio estaba previsto que tardara un tiempo en ser levantado tras la apertura de la estación subterránea y la urbanización de la gran superficie, finalmente no fue así.
La residencia cuenta con 900 metros cuadrados de zonas comunes y ofrece 351 plazas dirigidas a satisfacer la demanda de estudiantes universitarios que afianzan a Bilbao como una plaza universitaria.
[63][64] En las plantas inferiores del edificio se ha construido un centro comercial y de ocio que entró en funcionamiento en 2022.
Entre su oferta incluye locales de moda, perfumería, restauración y un centro deportivo.