Un estándar de facto es aquel patrón o norma que se caracteriza por no haber sido consensuada ni legitimada por un organismo de estandarización al efecto.De manera que esta es imitada por absolutamente todos los fabricantes del mercado.Por tanto, un estándar de facto requiere una amplia aceptación por todos los consumidores y un rechazo hacia productos que no incorporan dicho estándar.Estos acuerdos suelen ser beneficiosos para el consumidor ya que facilitan la interoperabilidad y la sustitución de un producto por otro.Esto deriva en la misma situación de amplia aceptación del caso anterior.