[3] También se encuentran en ciudades importantes como Cebú, Iloílo y Zamboanga aunque en esta última predomina el uso del chabacano, una lengua criolla hispanofilipina.
Esas cifras también pueden ser más altas debido al interés creciente entre los filipinos de aprender español por motivos profesionales.
Muchos informes e investigaciones contemporáneas que supuestamente explicaban el dialecto en realidad no lo hacían; en muchos casos eran investigaciones sobre los préstamos del español a las lenguas filipinas o, aún peor, debido a una interpretación errónea en realidad trataban sobre el chabacano, como si no existiera un dialecto propio del español en Filipinas.
[13] Con la imposición del inglés como lengua vehicular de educación y gobierno por iniciativa de las autoridades estadounidenses, y luego la formación de un movimiento para desarrollar una lengua nacional basada en el tagalo (posteriormente renombrada filipino), el español sufrió un desprestigio y declive en su uso a favor del inglés, particularmente en los años tras la Segunda Guerra Mundial.
[5] Sin embargo, muchos filipinos educados en español cuando su enseñanza era obligatoria son capaces de sostener una conversación con un nivel razonable del idioma.
[21] Los lingüistas han descrito la fonología del español filipino como conservadora y aristocrática, reflejándose la posición socioeconómica de sus hablantes.
Muestra características principalmente presentes en los dialectos castellanos septentrionales como se hablaban a finales del siglo XIX y principios del siglo XX,[22] sin matices de los dialectos castellanos más divergentes como el andaluz o canario ni los idiomas ibéricos como el catalán o gallego, aunque muchos de los españoles que venían a Filipinas eran originarios de esas regiones.
Por ejemplo, los filipinos se pronuncian la palabra "silla" (/ˈsiʝa/) como /ˈsiʎa/ (en tagalo, silya) aunque a veces se pronuncian los hispanohablantes nativos más jóvenes el /ʎ/ de una manera más cercana a [ly].
[28] Dicho esto, la mayoría de los que aprenden el español como lengua extranjera en Filipinas todavía distinguen entre las dos fonemas.
Así lo demuestra particularmente en los préstamos del español a las lenguas filipinas como la palabra "cerveza" (/seɾˈbesa/), que se deletrea serbesa en tagalo con la misma pronunciación.
[33] Las consonantes /b/, /d/ y /g/ se pronuncian uniformemente en el español filipino como oclusivas (duras), mientras en otras variantes de español se pronuncian de forma más suave como aproximantes o fricativas.
[34] A veces es posible oír aquellas pronunciaciones más suaves pero varían mucho entre hablantes, incluso los fonemas en la misma frase o palabra.
[43] La aspiración aparece en el chabacano por otro lado, especialmente en la habla de los hablantes mayores del zamboagueño.
[43] Se manifiesta regularmente en la habla de casi todos los hablantes del español filipino la oclusiva glotal [ʔ], resultado del contacto con las lenguas filipinas, normalmente en la posición inicial cuando empieza la pronunciación de una palabra con un vocal.
[45] A pesar de la distinción presente en el español filipino contemporáneo hay palabras en su léxico que todavía reflejan este intercambio anterior.
[57] Por otro lado, para crear aumentativos los sufijos más comunes son, ordenados por frecuencia, "-ón", "-azo" y "-ote".
Por ejemplo, se utiliza el adverbio "más" como aumentativo de "nunca", "nadie", "nada" o "ninguno" y normalmente se encuentra en la posición postnominal, pero a veces los hablantes del español filipino lo invierten para aparecer en la posición prenominal.
Se utiliza, por ejemplo, la frase adverbial negativa "no más" de tres maneras en el español filipino:[60] El "no" adverbial está pareado regularmente con otros adverbios para expresar negación aunque se considera redundante o incorrecto la pareja.
[66] El léxico del español filipino incorpora un número de palabras y expresiones latinoamericanos.
[70] Sin embargo, hay unas palabras que se someten un cambio de significado en el español filipino.
Aunque los filipinos hispanohablantes suelen decir, por ejemplo, "camarón" para describir los carídeos como los dialectos latinoamericanos,[71] se utilizan también la palabra peninsular "gamba" con un significado más especializado (en este caso, un carídeo de tamaño más pequeño que un camarón).
[76] Los verdaderos filipinismos se refieren a la colección de palabras y expresiones que existe en el español filipino y no son conocidas por otros hispanohablantes fuera del país, aunque hay unos filipinismos que ya habían incluidos en el Diccionario de la lengua española y otras obras de la Real Academia Española.
Unos de los primeros filipinismos incorporados por la RAE en sus publicaciones fueron palabras como "caracoa", "barangay" y "parao" que han entrado el léxico entre finales del siglo XVIII a principios del siglo XIX, y con más filipinismos incorporados después.
[90] Existen llamamientos para incorporar estos filipinismos no reconocidos al léxico del español.