Escuelas Menores (Salamanca)

Estas últimas ofrecían grados avanzados en disciplinas como derecho, medicina y teología, que eran los estudios principales en esa época.

Sin embargo, el edificio fue preservado debido a su valor histórico y su vinculación con la rica tradición universitaria de Salamanca.

Si estas son tan reconocibles es por su entrada, siendo esta una pequeña fachada enmarcada en una de las esquinas del mencionado patio.

En el primero vamos a encontrar dos arcos de medio punto geminados, los cuales se encuentran divididos por una columna realizada en granito.

En el segundo cuerpo encontramos una decoración heráldica, es decir, destinada a un escudo de armas.

Estos escudos se encuentran enmarcados con pilastras cuyos motivos decorativos están hechos a partir de grutescos.

Una vez damos paso al interior de esta arquitectura, lo primero con lo que nos encontramos es con un zaguán, una pequeña estructura que sirve como zona de paso al interior del patio.

Al dejar atrás este recibidor examinamos finalmente el patio de las Escuelas Menores.

Estos arcos descansan sobre columnas de granito cuyos capiteles y basas siguen la tradición gótica.

Este conjunto se encuentra rematado en la parte superior por una balaustrada que funciona a modo decorativo.

Es un añadido posterior realizado en 1769 por Jerónimo García de Quiñones, cuyo estilo está evidentemente ligado al gusto barroco.

Esta es una obra pictórica datada en el siglo XV y realizada por Fernando Gallego, un pintor español perteneciente a la Escuela Hispano-Flamenca.

Tras esto, esta obra fue restaurada y posteriormente trasladada al Museo Universitario, que se encuentra nada más y nada menos que en una de las dependencias de estas Escuelas Menores.

En primer lugar tenemos el “Cielo de Salamanca” tiene una técnica pictórica mixta con  óleo y temple.

En este período, la cátedra de Astrología adquirió gran relevancia, uniendo la tradición medieval con el avance científico renacentista en la universidad.

La bóveda se derrumbó parcialmente, y el tercio restante fue cubierto por una nueva capilla.

Los 33 fragmentos restaurados se fijaron en una estructura de madera que reproduce la cubierta poligonal original.

La construcción incluyó la reutilización de elementos góticos y una crestería que fue restaurada en el siglo XX.