[1] Fue solicitado por Felipe Guacrapaucar (huanca noble de la región de San Jerónimo), quien viajó a España en 1562.
La Corona decidió otorgarlo para la parcialidad de Luringuanca, a la que Guacarapaucar aspiraba a gobernar.
[2] Esto es raro debido a la ausencia de jaguares en las tierras huancas.
Según el historiador peruano Waldemar Espinoza Soriano este blasón demostraría la existencia de un pacto entre los indígenas huancas y las huestes de Francisco Pizarro.
De esa forma, la corona premió la lealtad que mostraron los habitantes de esa zona, actualmente representa a toda la nación huanca y a la alianza histórica hispano-huanca.