En 1763, el periodista francés Simon Linguet publicó una descripción influyente de la esclavitud salarial[11]:"El esclavo era valioso para su amo debido al dinero que le había costado... Valían al menos tanto como lo que podían venderse en el mercado... Es la imposibilidad de vivir de otra manera lo que obliga a nuestros trabajadores agrícolas a cultivar la tierra cuyos frutos no comerán y a nuestros albañiles a construir edificios en los que no vivirán... Es la necesidad la que los obliga a arrodillarse ante el hombre rico para obtener su permiso para enriquecerlo... ¿qué ganancia efectiva [ha] traído la supresión de la esclavitud [para él]?
Por lo tanto, deben encontrar a alguien que los contrate o morir de hambre.
[28] El abolicionista y ex esclavo Frederick Douglass declaró inicialmente "ahora soy mi propio amo" al conseguir un trabajo remunerado.
La esclavitud salarial se puede describir como una carencia de derechos, uno no puede pagar un abogado, su única alternativa a un sistema de salud es la pública y, en un caso extremo, se depende del trabajo infantil para la subsistencia.
Finalmente, los únicos derechos obtenidos son en el ámbito del mercado laboral.
Los partidarios del capitalismo dicen que este es un problema relacionado con la poca capitalización de la población, debido a las restricciones a la libre empresa y la ausencia de seguridad jurídica para la inversión privada - características propias de sistemas donde no se ha desarrollado el capitalismo: feudalismo, mercantilismo, comunismo y populismo o estatismo - que impiden a la sociedad generar más empresas, más capitalistas y más empleos que aumenten el poder adquisitivo de la población mediante el ahorro.
Es decir, la realización individual en el plano material es directamente proporcional a la acumulación de propiedad privada y el crecimiento económico, siendo ilógica para la teoría capitalista aquella teoría socialista de que la propiedad y el dinero de unos individuos empobrece a otros que trabajan voluntariamente para ellos por una paga.