La Agencia Federal para la Seguridad de la Cadena Alimentaria (FASFC) —la agencia belga de salud— determinó entonces que una empresa neerlandesa, ChickFriend, había revendido un tratamiento para el piojo rojo para pollos comprados de Poultry-Vision, una empresa belga, el cual fue incautado.
[1] Este tratamiento, basado en fipronil, está prohibido para animales destinados al consumo humano.
Habían sido utilizados por empresas de desinfección en granjas en los Países Bajos, Bélgica y Alemania.
[3] Los tratamientos basados en fipronil para el sector avícola habrían sido entregados a Bélgica en mayo de 2016.
[4] Por lo tanto, es probable que diferentes alimentos industriales -que utilizan principalmente huevos de gallina- contengan este plaguicida, aunque de acuerdo con la AFSCA podrían ser consumidos de manera segura.