Erupción del volcán Quizapú de 1932

[3]​ También provocaron daños en la agricultura en Mendoza, e incluso cayó ceniza en lugares tan alejados como Buenos Aires, La Pampa, Montevideo y el sur de Brasil.

Se formó un enorme hongo de humo que oscureció Rancagua y Curicó, obligando a usar el alumbrado público en pleno día.

[3]​ A su vez, existieron informes de que se avistaron las cenizas transportadas por el viento desde Brasil y Sudáfrica.

En Buenos Aires las cenizas inspiraron al pintor argentino Benito Quinquela Martín para pintar el cuadro "Cenizas volcánicas de Mendoza", que muestra el aspecto del barrio de la Boca.

No hubo miedo porque se informó por radio de qué se trataba, y rápidamente corrió el rumor de que podía servir como un pulidor para limpiar ollas y cacerolas, razón por la cual las amas de casa comenzaron a juntarlo en latas.