Ero-guro

), también escrito eroguro;[1]​[2]​ es un movimiento artístico japonés que nace como protesta a los temas tabú de dicho país.

Este lexema se puede dividir en ero, que hace referencia al erotismo; y guro, que se orienta a lo grotesco; por lo que en sus manifestaciones artísticas se puede encontrar el uso de sangre, gore y diferentes tipos de parafilias o fetiches.

Y, finalmente, lo absurdo, nansensu, es el nonsense, el sinsentido, pero también lo ridículo, y también lo sobrenatural[3]​.Generalmente, trata elementos como la desfiguración, mutilación, orina, enemas o heces.

En su vertiente más violenta se incluyen amputaciones, en ocasiones a la fuerza; el uso de herramientas para herir o matar, violaciones, desmembramientos o simple muerte.

El término proviene del gairaigo derivado de la frase del idioma inglés erotic grotesque, y es frecuentemente acortado a simplemente guro, aunque este término no guarde una relación directa con la idea original y sea mal utilizado la mayoría de las veces, a veces siendo asociado simplemente al gore y la necrofilia.Arte depravado y libérrimo de la perversión y de lo insólito, el ero-guro-nansensu floreció a sus anchas en esa atmósfera a un tiempo desesperada y alegre, nihilista y vital, tan propia de los tiempos de entreguerras, y al amparo de su popularidad nacieron nuevas revistas –como, en 1926, la memorable Hentai shiryô («material degenerado»)– y se imprimieron colecciones de relatos –como Kindai hanzai kagaku zenshû («antología de la moderna ciencia criminal»), publicada entre 1929 y 1930– llenas de historias de relaciones doseiai (homosexuales) y otros temas fuketsu («impuros»)[3]​.Algunos ejemplos de artistas guro conocidos incluyen a Edogawa Rampo (cuyas obras literarias han sido adaptadas al cine y al manga), Toshio Saeki, Toshio Maeda, Suehiro Maruo, Waita Uziga, Shintaro Kago, Jun Hayami, Henmaru Machino y Horihone Saizo.

imagen ero-guro que contiene mutilación y órganos genitales