Durante estas fue utilizada por el bando carlista como puesto de mando, luego como polvorín y finalmente como hospital de campaña, función que seguiría tras el final de la tercera guerra carlista, fues tras la contienda fue convertido en centro para el aislamiento de enfermos contagiosos.
[3] Permaneció en ruinas hasta que fue reconstruida en 2000 por los alumnos de una escuela taller local, siguiendo las indicaciones de un vecino que había conocido el edificio antes de su casi total desaparición.
[2][3] Sobre la entrada hay un retablo de cerámica con la imagen del santo titular y un espadaña sin campana.
Desde el interior se aprecia la estructura de madera del tejado.
Al igual que con la campana, no hay imágenes de culto.