[5][4] La antigua ermita pasó a tener como advocación Santa Bárbara, hasta que a la santa se le construyó otra más idónea, momento en el que el edificio quedó totalmente abandonado.
[3] Se llevaron a cabo reformas estructurales en la ermita entre 1740 y 1741, al presentar graves grietas.
[5][4] En el año 2019 el 16 de agosto se inauguró la restauración llevada a cabo por el ayuntamiento, la Generalitat y el obispado.
Externamente se contempla un edificio exento, de aspecto robusto, aunque muy esbelto y alto, destacando en la fachada principal el pórtico o atrio.
La cubierta es a dos aguas y presenta un atrio en el que se abren tres arcos de medio punto, presentando el pilar izquierdo un escudo de Villafranca grabado en piedra,[6] por encima del cual se sitúa el coro, que recibe la iluminación interior a través de una ventana rectangular abierta en la fachada.