Consta de una sola nave, con cabecera formada por el tramo recto del presbiterio y ábside semicircular.
Toda ella está construida en una ruda mampostería hecha con piedra de la zona y enfoscada.
Posteriormente esta cornisa se sustituyó por otra de ladrillo plano y teja.
Una pequeña ventana situada en la puerta nos permite asomarnos al interior de la ermita, generalmente cerrada.
Es un arco doblado que se apoya en su parte interna en grandes capiteles decorados, en perfecto estado de conservación.