Según la tradición oral, éste encontró la imagen de la Virgen de las Nieves en la orilla del mar, entre piedras, aunque lo probable es que fuera una imagen de su propiedad que traía consigo desde la península como protección.
Dicho propósito no pudo realizarse por Antón Cerezo, en el que Francisco Palomar, su hijo, continuó la labor ya instaurada y se convirtió en el fundador de la Ermita.
A prlncipios del siglo XVIII, la Ermita es encontrada en ruinas y en el año 1717 la reconstruye Cristóbal del Castillo, considerado por error posterior como fundador de la Ermita.
Así llegamos al año 1799 en que el Obispo Verdugo la encuentra en mejores condiciones y ordena confeccionar el libro de cuentas de la Ermita que hasta hoy existe.
El día 21 del mismo mes y año, el Obispo autoriza dichas reparaciones.