Principalmente el concepto tiene implicaciones en el régimen social en el que la equidad vertical es una manera para conseguir igualdad en el trato tributario.
Por un lado, el sistema requiere legitimación social para funcionar de manera eficiente, y por el otro, tiene que asegurar la protección social de sus habitantes y disminuir las desigualdades entre la población mediante la distribución justa del recaudamiento.
Cuanto más ingresa una persona, mayor es la cantidad de impuestos que debe pagar.
[7] La equidad vertical forma la base del principio de la progresividad en los sistemas tributarios, que requiere que las personas contribuyen al sistema tributario según sus capacidades económicas.
La equidad vertical en la tributación está aplicada con frecuencia en los impuestos sobre la renta personal.