Enzo Bearzot

Luego de finalizado su contrato en 1957, volvió al Torino en una segunda etapa que duró hasta el año 1964, cuando definitivamente colgó sus botines.

Sin embargo, su revancha se daría varios años después, pero esta vez sentado en el banquillo de director técnico.

Durante su mandato, la Selección obtuvo una buena cosecha con 104 partidos jugados, 51 victorias, 28 empates, 25 derrotas y el premio mayor obtenido en el Mundial de España '82, cuando por tercera vez, la Selección italiana levantaba la Copa del Mundo de FIFA.

Con este condicionante, Bearzot decidió resetear su equipo y preparar una nueva base para el próximo mundial que se celebraría en Argentina.

Así fue que presentando un plantel con figuras jóvenes, Italia ofreció un planteo más dinámico, merced al juego que desplegaban las jóvenes figuras, entre las cuales ya se destacaban dos futuros íconos del fútbol italiano: Paolo Rossi y Antonio Cabrini.

Tras haber clasificado, el seleccionado azul tuvo una actuación muy floja en la primera fase del torneo, donde demostró una paupérrima actuación salvando tres empates ante Polonia, Perú, y Camerún, clasificando gracias a una mejor diferencia de gol respecto a los africanos.

En el primer partido, los Azzurri consiguieron un gran triunfo por 2-1 frente a los argentinos, quienes se mostraron confiados y pecaron mucho dependiendo de su joven estrella: Diego Armando Maradona.

Además, y como segunda situación, su estrella Paolo Rossi aún venía con la "pólvora mojada".

Tras el pitido final del árbitro brasileño Arnaldo Coelho, los italianos desataron una verdadera fiesta, en la que Enzo Bearzot sería su artífice máximo y quién finalmente trocaría críticas por elogios, para instalarse definitivamente en la galería de Técnicos campeones del mundo.

Bearzot saludando al entonces presidente de Italia , Sandro Pertini .
Sentados a la mesa en el sentido de las agujas del reloj (desde arriba a la derecha): el presidente de la República Italiana Sandro Pertini , Enzo Bearzot , Dino Zoff y Franco Causio en el DC9 militar que les llevó de Madrid a Roma con la Copa del Mundo de fútbol.