Había una tribuna (de gente no famosa ni profesional) que juzgaba a los testigos y participaba en un debate con ellos.
Si se producían agresiones físicas (como pasaba habitualmente) un asistente de producción o camarógrafo separaba a los involucrados.
Casán, siempre desde abajo del escenario, les preguntaba por qué asistían al programa y allí comenzaba el debate.
Los temas tratados giraban en torno a las relaciones entre familiares, vecinos, amigos, conocidos, etc., que generalmente siempre son de un mismo sector social.
Eran controvertidos y escandalosos, no son asuntos que le sucedan a la mayoría de la población.