Este virus es endémico en el ganado de todo el mundo.
Su tropismo es muy amplio, este incluye humanos, ovejas, caballos, perros, camellos, y otros hospederos mamíferos.
Secuencias parecidas al BEV se han reportado en crustáceos extraídos de aguas contaminadas con heces bovinas.
Su estructura corresponde a la descripción típica de los picornavirus.
El receptor de superficie que reconoce en la célula hospedadora aun esta por identificarse, pero se sabe que es sensible a neuraminidasa.