En esta novela el autor critica a la sociedad burguesa y política del momento.
Sintiéndose frustrado por eso creyó que al casarse con la nena Cervantes su vida daría un giro inesperado, pero al llevar un matrimonio poco exitoso decidió que se daría otra oportunidad de cometer el crimen perfecto, teniendo una coartada perfecta al salir con su suegra y su esposa, regresó a su casa y cometió su tan anhelado crimen.
[1][2][3] En esta obra se desarrollan los conceptos psicológicos, comenzando por el planteamiento del personaje principal sobre ser un santo o un criminal, haciendo del personaje un ser con necesidad de reconocimiento y valoración por parte de la sociedad, llegando a esto mediante un papel de criminal, pero no cualquier criminal sino un asesino que cometiese un crimen gratuito que no se dejara llevar por cuestiones económicas, rencorosas, vengativas o pasionales, un crimen sin ningún motivo por el cual la sociedad se quedara confusa por no encontrar motivo del asesinato.
El juega con la verdad, puede que no la diga, pero tampoco la niega, torciendo la verdad de una manera subjetiva, creando una disyuntiva en cuanto a sus argumentos.
A lo largo de la novela se distinguen personajes como el Conde Schwartzemberg, Patricia Terrazas y José Asturias que se catalogan como personas marcadas, siendo estos los personajes con un destino trágico en el cual no importaba si eran asesinadas, al estar marcadas estaban destinadas a una muerte desdichada.
Un tema constante en la novela es el destino, albergando en el lector la duda de su existencia, Roberto de la Cruz escoge a Carlota como una señal del destino por dejar el sueño del crimen gratuito, casarse y vivir una vida normal pero su matrimonio no resultó del todo exitoso es aquí donde surge la incertidumbre del juego del destino, su vida como esposo fracaso al igual que su vida como asesino, es aquí donde Rodolfo Usigli nos induce a una mentalidad hacia aspectos más abiertos y evitar la creencia ciega en el destino y tomar a la voluntad como proposición de la vida para cumplir cualquier objetivo.
Esta fue la primera novela policíaca en México, también conocida posteriormente como novela negra, tomando como tema principal el crimen, en este caso la metodología utilizada por Roberto de la Cruz, el proceso penal que tuvo y las investigaciones mencionadas del Ex inspector Herrera.
Critica al sistema penitenciario ya que en la cárcel están quienes deberían de estar libres.
Los personajes al mando de las penitenciarías solo les importa quedar bien ante la sociedad pero sobre todo ante la prensa.
Se muestra una modernización en la forma de pensar al mostrar una historia con un panorama más amplio hacia las diferentes preferencias sexuales, mostrando al Conde Schwartzemberg como homosexual y a Patricia Terrazas como bisexual, evidenciando que aquello que era reprimido y muy señalado ocurría también en la alta burguesía de los años cuarenta.
Le gusta ocupar parte de su tiempo meditando las cosas profundamente, es un hombre solitario, calculador, decidido y de armas tomar, siempre obtiene lo que desea, es eficiente y con gran experiencia en el campo policiaco.