Considerado uno de los primeros sinfonistas chilenos, realizó sus primeros estudios en Concepción con Clotilde de la Barra (piano) y Domingo Brescia (armonía y contrapunto).
Con beca del Senado chileno, partió, en 1898, a estudiar al Real Conservatorio de Milán (Italia), uno de los más importantes del mundo por aquellos años.
Fue profesor de: Domingo Santa Cruz, Juan Allende-Blin, Nino Marcelli, Héctor Melo, Juan Casanova Vicuña y Roberto Puelma, todas personalidades relevantes del mundo musical chileno que le sobrevivió.
Reconocido como un gran improvisador en el piano, su vida se vinculó con grandes personalidades de la época, como Pau Casals, Vincent D’Indy, Pietro Mascagni, Ignacy Paderewski, Giacomo Puccini, Maurice Ravel y Camille Saint-Saëns, entre otros.
Escribió pocas obras con material vernáculo en estado natural, siendo la más interpretada Tres aires chilenos (1942).