Dos años más tarde, el director técnico de esta categoría, Oscar Allegrini, pasó a desempeñarse como director técnico del Club General Lamadrid, y conociendo las buenas condiciones de Hrabina como jugador, lo lleva con él.
En 1983, ganó su primer título como futbolista, la Primera B que le dio el ascenso de Atlanta a primera división, ese mismo año fichó para San Lorenzo de Almagro donde solamente jugó una temporada.
En 1985 comenzó a jugar en Boca Juniors y permaneció en esta institución hasta su retiro definitivo como jugador profesional, habiendo ganado la Supercopa Sudamericana 1989 y la Recopa Sudamericana 1990.
[1][2] Se caracterizó siempre por ser un jugador muy aguerrido, proyectándose continuamente por la franja izquierda.
Sus hinchas lo recuerdan como un hombre que nunca bajaba los brazos, que jugaba aún lesionado, dejando todo el esfuerzo y sacrificio en el campo de juego.