Quini

Así recuerda sus inicios: En edad juvenil pasó a engrosar las filas del Bosco Ensidesa.

En 1967, merced al enorme olfato goleador que había demostrado, pasó a jugar al primer equipo: el C. D. Ensidesa, de Tercera División, donde coincidió con otros históricos del Sporting como Castro, Churruca y Megido.

Sus inicios en el equipo fueron algo decepcionantes: en la banda derecha, donde se le colocó en la demarcación de extremo, parecía desvanecerse la capacidad goleadora que había demostrado hasta el momento.

[9]​ Finalmente, la llegada de un nuevo técnico, José Luis Molinuevo, supuso el espaldarazo final a la carrera de Quini; Molinuevo lo alineó como delantero centro, y el jugador recuperó su acierto goleador.

[12]​ Tales éxitos hicieron que Ladislao Kubala, seleccionador nacional absoluto, se fijara en Quini, incluyéndolo por primera vez en una convocatoria en 1970.

El equipo español formó así: Iribar, Melo, Sol (Gallego), Uriarte, Adelardo, Costas, Amancio (Rodilla), Luis, Gárate (Quini), Marcial y Rexach.

La Real Federación Española de Fútbol ordenó su traslado inmediato a España.

Espoleado por los ánimos de numerosos aficionados a lo largo del camino, Quini alcanzó el santuario en tercera posición.

Aquel año había obtenido su segundo Trofeo Pichichi, primero en la máxima categoría, después de marcar veinte goles.

Ésta fue la secuencia de los hechos:[17]​ tras el partido, dos individuos, delincuentes comunes sin antecedentes, introdujeron a Quini por la fuerza en una furgoneta DKW y se lo llevaron.

Al día siguiente, a las 12:30 del mediodía, se presentó la denuncia oficial de desaparición.

Por la noche, Jesús y Falo, hermanos de Quini, llegaron desde Asturias, donde se quedaron los padres, muy afectados.

A la salida del domicilio de Quini, José Luis Núñez declaró que «no hay ninguna noticia» y reconoció que, recientemente, varios jugadores habían recibido anónimos amenazantes.

A las 23:30 de aquella noche, los secuestradores se pusieron en contacto con Mari Nieves, que les pidió poder hablar con su marido, a lo que aquellos se negaron, provocándole un ataque de nervios.

Al día siguiente, los periódicos publicaron una carta de los padres de Quini suplicando su liberación y recogieron unas declaraciones del vicepresidente del Barcelona, Nicolau Casaus, en las que expresaba que está «dispuesto a dar mi vida por su libertad»; y de los jugadores del club catalán, que decían estar dispuestos a renunciar a la Liga con tal de que Quini fuera liberado.

Se obtuvo la confesión del lugar donde estaba recluido Quini: un zulo en un taller mecánico situado en la calle Jerónimo Vicens de Zaragoza.

A las diez de la noche, la policía entró en el local y liberó al futbolista.

Tras su liberación, Quini tuvo buenas palabras para sus captores y retiró la acusación contra ellos, aunque el Barcelona decidió seguir adelante con la causa y pedir treinta y cinco millones de pesetas de indemnización al considerar que había sido perjudicado gravemente, ya que no había ganado el título de Liga, al cual tenía serias opciones antes del secuestro.

[18]​ El mismo Quini relató la historia del secuestro en el libro Quini, del secuesto a la libertad, con prólogo de Manuel Vázquez Montalbán y un epílogo de Pedro Ruiz.

Años más tarde, en 2006, Miguel Mena publicó la novela Días sin tregua, basada en el secuestro sufrido por Quini.

[23]​ Tras la campaña 1983-84, con casi treinta y cinco años, decidió retirarse del fútbol y el equipo catalán le organizó un partido homenaje, polémico por la negativa del entonces presidente de la entidad, José Luis Núñez, a que participase en él Diego Armando Maradona, fichado del S. S. C. Nápoles meses atrás, cuya participación deseaba Quini, con quien el argentino mantenía buena relación.

Finalmente, Núñez consiguió su objetivo y los participantes en el homenaje fueron los siguientes: su hermano Castro, Urquiaga, Núñez, Maceda, Camacho, Márquez, Da Silva, Figueroa, Cruyff, Kempes, Amarilla, Arconada, N'Kono, Giménez, Dani, Rexach, Urruti y Enrique Morán.

Un mes después del homenaje, Quini reconsideró su decisión y volvió a los terrenos de juego, retornando al Sporting de Gijón, donde militó durante otras tres temporadas.

[31]​ En 2018, la Federación Española de Fútbol, bajo la presidencia de Luis Rubiales, decidió crear el Premio Enrique Castro "Quini", dedicado a "reconocer [···] los servicios personales de gran relevancia en la gestión, dirección, organización, investigación y/o promoción del fútbol, ya sea a nivel nacional o internacional".

En el mismo año la ciudad de Gijón le dedicó una calle junto al Estadio.

Placa del parque de los hermanos Castro, en Gijón , que homenajea a Jesús y Quini.
Quini, apoyando la campaña Doi la cara pola oficialidá , en favor de la cooficialidad del asturiano .
Quini.