Vasili Záitsev, un hombre corriente, cazador soviético de los Urales dotado con una destreza extraordinaria en el tiro con fusil.
El mismo Iósif Stalin envía a Nikita Jrushchov para supervisar la defensa de la ciudad.
Tania es una hermosa intérprete rusa del idioma alemán que trabaja en la oficina de propaganda y, además, ésta elige a Záitsev como su hombre por ser un héroe nacional.
Tania, sin querer, desata una guerra personal entre su jefe Danílov y el francotirador Záitsev por su amor.
Al llegar a la ciudad, Vasili es alertado por sus dos compañeros y ambos parten hacia un edificio en ruinas donde hay un francotirador.
Záitsev es casi proclamado héroe nacional por el mismo Nikita Jrushchov; sin embargo, este solo le ve como un elemento para aumentar la moral de las tropas rusas.
Danílov entonces le asigna un guardaespaldas a Záitsev, un veterano francotirador que estudió con König en Zosen llamado Kulikov.
Pero Záitsev logra sobrevivir gracias a que se queda dormido y los alemanes lo dan por muerto.
König sabe que Záitsev no está muerto y decide quedarse de incógnito en Stalingrado.