Para que se pueda hablar de endofobia propiamente como tal, no es suficiente con realizar algún comentario o crítica hacia algún aspecto social o cultural del país o región de origen, sino que debe existir una serie de actitudes que producen rechazo e incluso odio hacia el conjunto de elementos que componen una cultura o etnia en particular, entendida como parte de la propia identidad; tales como el modo de hablar o hasta el idioma en general, las creencias como la religión mayoritaria profesada por su entorno más próximo, el sistema político nacional, la vestimenta, la gastronomía, el estilo de vida, etc.
En muchos casos, la endofobia también va asociada a prejuicios de tipo clasista y racista.
[1] Desde la psicología y la sociología se estudia y analiza este comportamiento como una conducta que va asociada a otros factores que inciden en él, como el complejo de inferioridad y autoestima baja, al sentirse el individuo en desmedro de otra civilización, raza o cultura a la que le atribuye, de forma implícita o explícita, una superioridad o ventaja por sobre la suya.
[5] Bajo un punto de vista del nacionalismo canario, se ha hecho una crítica aludiendo a una supuesta endofobia presente en las islas Canarias, que rechaza los aspectos culturales de los aborígenes canarios, como el pueblo guanche en Tenerife, por sobre la cultura española peninsular entendida como la que fue llevada a las islas desde la península ibérica.
[7] De una manera más radicalizada y reciente, se ha reportado que las fuerzas paramilitares del Estado Islámico que entrenan a los denominados «Cachorros del Califato», jóvenes entre 10 a 15 años de edad, los reclutan y adoctrinan para que rechacen los principios y valores de su propia cultura que no vayan acorde al yihadismo, pasando por un severo proceso de censura en el contenido y material educativo que reciben para su aprendizaje obligatorio.