Encomendero
Antiguamente, se llamaba encomienda al que por Merced Real tenía indígenas encomendados en cualquiera de los territorios españoles de América y Filipinas.El encomendero tenía numerosas obligaciones, de las cuales las principales eran enseñar la doctrina cristiana y defender a sus encomendados (como los indígenas encomendados en cualquiera de los virreinatos españoles de América y Filipinas), les eran otorgados por la cuestión económica.[1] Tradicionalmente, el encomendero era una persona con mucho dinero y con poder en la sociedad virreinal, pues las cantidades de tierra dadas para las encomiendas solían ser muy grandes y de gran productividad.Los indígenas encomendados tenían la obligación de trabajar la tierra y producir.Los impuestos que pagaban los encomenderos se conocían con el nombre de "la demora" y se distribuían así: una quinta parte del total para el rey, una cuota para el cura o encomenderos doctrinero.