Se dirigió a Bridgeport, en Connecticut, una zona de industria metalúrgica con una pequeña colonia de españoles y donde se encontraba su cuñado, Manuel Núñez.
Desechada la idea de volver a Estados Unidos, montó un almacén en Villafranca del Bierzo, llamado La Preferida, donde vendía todo tipo de alimentos, productos y complementos del hogar.
[4][7] Un grupo de arqueólogos, antropólogos físicos y médicos forenses trabajó en la excavación, que fue la primera de esas características llevada a cabo por expertos.
[12] Sus restos se enterraron junto a los de su mujer, Modesta Santín.
Su dignidad y su tragedia deben formar parte de nuestra memoria.