Emilio Pliego

Es uno de los fotógrafos que destacan en la Pamplona del último cuarto del siglo XIX junto a Anselmo María Coyne, Valentín Marín,[1]​ Agustín Zaragüeta, José Roldán Bidaburu y Félix Mena,[2]​[3]​ desarrollando también durante este período y el primer cuarto del siglo XX una labor de reportero gráfico para entidades diversas como la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra,[4]​ la Editorial Espasa-Calpe[5]​ o publicaciones como la revista gráfica ilustrada La Avalancha, el diario ABC o la revista Blanco y Negro.

[7]​ Tras un breve paso por Logroño, hacia 1876 se constata en la capital de Navarra asociado con Leopoldo Ducloux.

Además contó con dos ayudantes, Félix Mena[13]​ y Fermín Adocin; ambos, con el tiempo, ejercerán también como fotógrafos.

Probablemente es el primero en hacerlo ya que lo habitual era instalarse en los áticos de los edificios.

[6]​ Su trabajo fue continuado por sus hijas, permaneciendo abierto el estudio de Pamplona hasta 1934.