Quería estudiar, ya que le gustaban materias como matemáticas, lectura, escritura, canto y política.
También transportaba la caña de azúcar en vagones, ganando 1,12 dólares al día.
En 1935 se casó con Andrea Pérez De Flores (1918-2010), con quien tuvo cuatro hijos: Hilda Luz, Olga Soraida, Emilio y Tirsa.
Vivió con sus hijos Tirsa y Emilio en Trujillo Alto, Puerto Rico durante los últimos años de su vida.
Tras su muerte, Saturnino de la Fuente García se convirtió en el hombre vivo validado más viejo del mundo.