Emilio López Arango
Estuvo en contacto desde joven con las privaciones proletarias, donde hizo sus primeras armas como asalariado debido a sus necesidades materiales.Con sus últimos centavos compró el libro, y ese día quedó sin comer.Pero también desde ese día quedó cautivado por las páginas meridianas de Kropotkin y se hizo anarquista.La cárcel fue para él una escuela, no solo por encontrarse en compañía de militantes como Apolinario Barrera, Teodoro Antilli y otros, sino porque tuvo tiempo para ensayarse a escribir y para leer abundantemente.Desde 1916 como redactor del diario La Protesta contribuyó con todo fervor a dar al movimiento anarquista de la Argentina su identidad particular.Al abrir, recibió tres balazos en el pecho que lo dejaron malherido, muriendo poco después.Nunca quedó clara la autoría del atentado, aunque algunas fuentes particulares afirman estar convencidas de que fue el también anarquista Severino Di Giovanni quien disparó.