Nativo de Ixtlahuaca, México, en 1909 se muda con su familia a la Ciudad de México, donde se presume que comparte sus estudios primarios con Rufino Tamayo.
Asiste a José Clemente Orozco en los murales de la Escuela Nacional Preparatoria.
Incursiona en la cinematografía con un pequeño corto titulado «777» con máquinas como personajes a la manera del Ballet mécanique de Ferdinand Léger.
Elabora un guion basado en el texto El río sin tacto, del poeta mexicano Gilberto Owen.
Produce sus primeros experimentos fotográficos: fotogramas, dobles exposiciones y otras manipulaciones del negativo.