La antigua Embajada de Alemania en San Petersburgo es considerada el primer y más influyente ejemplo del clasicismo despojado.
[1][2] Entre 1815 y 1820, el renombrado arquitecto ruso Vasili Stásov rediseñó la casa en estilo Imperio, habitual en Rusia en esta época.
[2] En 1832, el ayudante general Pável Konstantínovich Aleksándrov, el hijo ilegítimo del gran duque Constantino Pávlovich Románov, compró el edificio y vivió allí con su esposa Anna Aleksándrovna.
La pareja celebraba frecuentemente bailes en la residencia, y entre sus huéspedes habituales se encontraba Aleksandr Pushkin.
[3] La comunidad artística de San Petersburgo expresó opiniones negativas del edificio, y destacados miembros de la comunidad, como Alexandre Benois, Nikolái Wrangel y Gueorgui Lukomski, criticaron el estilo germánico del edificio por ser hostil con el estilo arquitectónico de la ciudad, y debido a que difería enormemente del estilo neoclásico ruso entonces en boga.
[1][2] Se rumoreó en esa época que la embajada estaba conectada al Hotel Astoria, de propiedad alemana, mediante un túnel.