[1] Su hogar fue formado por el industrial colombiano José Domingo Dávila Pumarejo y por Paulina Ortiz Rodríguez-Ugarte.
Sin embargo, durante la Primera Guerra Mundial, excepto las transfusiones de plasma, las de sangre no habían tenido ningún éxito en pacientes en ninguna parte del mundo, por lo cual sus profesores y médicos cercanos la exhortaron para elegir un tema no sólo ordinario, sino también sin riesgos para la salud humana.
No obstante, contra los consejos adversos de la comunidad médica, escribió una tesis abiertamente revolucionaria sobre Transfusiones de Sangre y Plasma la cual fue Aclamada, lo que actualmente equivale a una tesis laureada.
[2] Su investigación científica fue el presagio de una carrera prominente y sin antecedentes en Iberoamérica.
Con el Banco de Sangre operando notoriamente, en 1944, durante la Segunda Guerra Mundial, viajó a Nueva York para especializarse en enfermería.
Sus sobresalientes credenciales profesionales y académicas, además de hablar y escribir español, francés e inglés fluidamente, la posicionaron cómodamente en prácticas privilegiadas, aunque exigentes de punta a punta.
Dos años después, el Profesor Cavelier la designó Directora de los seis pisos del hospital.