Este diseño fue inventado y construido en 1933 por el físico Francis Bitter.
Los electroimanes Bitter son utilizados en investigaciones para producir poderosos campos electromagnéticos (hasta 35 teslas[1] a partir de 2008).
El diseño de las placas apiladas es mecánicamente muy resistente, lo cual permite soportar la presión externa producida por las fuerzas de Lorentz, que aumenta con el cuadrado de la intensidad del campo magnético.
Además, el agua circula a través de los agujeros en las placas como refrigerante, ya que la potencia disipada en forma de calor también aumenta con el cuadrado de la fuerza del campo magnético.
El mayor campo magnético artificial producido por el hombre es de 45 T, y fue producido por un dispositivo formado por un imán Bitter dentro de un imán superconductor.