Si bien tuvieron lugar en el marco del régimen fraudulento de la Década Infame (1930-1943), Córdoba era gobernada en ese momento por la Unión Cívica Radical, con Amadeo Sabattini como gobernador, y al momento de los comicios el presidente Roberto M. Ortiz había iniciado un proyecto que buscaba restaurar la pureza electoral, por lo que las elecciones provinciales en dicho distrito eran consideradas libres.
Sin embargo, las elecciones no carecieron de controversias cuando la Junta Electoral provincial decidió que se utilizaría el mismo padrón electoral que en los comicios presidenciales de 1937.
Mientras que el conservadurismo aceptó la propuesta, el radicalismo la rechazó, argumentando que más de veinticinco mil ciudadanos que habían alcanzado la edad de votar en el período intermedio se verían privados de sus derechos.
[1] En este contexto, el candidato radical Santiago del Castillo, con Arturo Umberto Illia como compañero de fórmula, obtuvo un amplio triunfo con el 55.70% de los votos contra el 42.85% de la fórmula Benjamín Palacio y Carlos A. Astrada, del Partido Demócrata de Córdoba (PD), parte de la coalición oficialista a nivel nacional, la conservadora Concordancia.
El radicalismo conservó además la mayoría absoluta en ambas cámaras de la legislatura.