El presidente en ejercicio, Jorge Sampaio, fue reelegido para un segundo mandato con una mayoría absoluta cercana al 56% de los votos.
La abstención fue muy alta como ya había venido ocurriendo anteriormente en las legislativas.
El Partido Comunista de los Trabajadores Portugueses también presentó a su propio candidato por primera vez en su historia, el candidato fue António Garcia Pereira.
Por la derecha, el candidato Ferreira do Amaral fue apoyado por los dos partidos mayoritarios, el Partido Social Demócrata (PSD) y el Partido Popular (PP), los cuales no consiguieron su objetivo de que resultase elegido un presidente de derechas por primera vez desde la Revolución de los Claveles.
Otros cuatro candidatos fueron rechazados por el Tribunal Constitucional por no cumplir el requisito de recoger 7500 firmas: Fue la primera vez que los portugueses residentes en el extranjero pudieron votar en unas presidenciales.