Fueron las segundas elecciones que se celebraban en el país desde la caída del gobierno de la minoría blanca, y las primeras elecciones que se celebraban en Zimbabue como país independiente.
El Consejo Nacional Africano Unido, de Abel Muzorewa, perdió su representación parlamentaria, mientras que la disidencia del ZANU, liderada por Edgar Tekere, obtuvo un escaño.
Se elaboraron distritos electorales uninominales para los asientos comunes en lugar del sistema de listas cerradas utilizado en la primera elección.
En las anteriores elecciones la verdadera competencia fue entre ZANU-PF, ZAPU-PF y el UANC por los escaños comunes, mientras que los escaños del plantel blanco fueron fácilmente ganados por el Frente Rodesiano (reconstituido luego como Alianza Conservadora de Zimbabue o CAZ) con casi el 75% de los mismos ganados sin oposición.
Mientras que ZANU-PF no enfrentó una auténtica competencia, la CAZ veía en peligro su hegemonía entre los votantes blancos al fundarse el Grupo Independiente de Zimbabue (IGZ), compuesto por blancos que o bien estaban de acuerdo con las políticas de Mugabe, o bien consideraban que no habían experimentado un auténtico cambio en sus vidas con su llegada al poder.