El PSOE, en el Gobierno desde hacía casi 14 años, perdió las elecciones en favor del Partido Popular, siendo su líder en aquel momento José María Aznar.
El PSOE protagonizó la polémica de la campaña con un vídeo en el que presentaba a la oposición del PP como una fuerza oscura, amenazante y contraria al progreso, personificándola en figuras aterradoras, como un dóberman que ladra al espectador.
Aznar se postuló para iniciar una nueva etapa presentando un mensaje acogedor, ensalzando a las clases medias y los emprendedores.
En estas elecciones el PP concluyó su viaje al centro para mostrarse como un partido moderado y moderno, mostrándose definitivamente alejado, en su imagen y sus planteamientos, del origen franquista de su predecesor, Alianza Popular.
Los nacionalistas, pese a haber roto el pacto con González, continuaban ofreciéndose para formar parte de la gobernabilidad en el Congreso.
[6] Convergencia i Unió, el Partido Nacionalista Vasco y Coalición Canaria apoyaron a Aznar después de dos meses de negociaciones con el Partido Popular, al que exigieron, entre otros compromisos, la eliminación del servicio militar obligatorio para dar su voto positivo en la investidura.
[8] Este pacto tenía también su contrapartida regional puesto que tras las elecciones de 1999 CiU no tenía mayoría absoluta en el Parlament, y supuso el apoyo del PP de Cataluña.