El viaje de Copperpot

El título está inspirado en la película Los Goonies (1985) en donde se nombra a un cazador de tesoros llamado Chester Copperpot.

En este disco, La Oreja de Van Gogh abandonó un poco el Donosti Sound para centrarse en el Power pop.

El reto al que se enfrentaba La Oreja de Van Gogh con su segundo álbum era tan arduo como ambicioso.

Su primer disco, Dile al sol, puso el listón muy alto, con lo que las expectativas estaban creadas y aunque todos los discos son difíciles, el segundo de una banda que arrasó siendo una gran desconocida era aún más complicado.

El viaje de Copperpot no defraudó en calidad y la repercusión fue incluso mayor que la del primero.

En esta ocasión, tuvieron la oportunidad de elegir a su productor, cargo que recayó en la figura del ingeniero musical británico Nigel Walker, recomendado por Hombres G, con quienes habían realizado una gira en 1999.

Así pues, el disco se grabó en el Estudios Du Manoir, situado en Léon, una pequeña comuna de Las Landas, en Francia.

En composición, al igual que en tecnología, el segundo disco del grupo gana a su álbum de debut.

En 2020 por el aniversario 20 del lanzamiento, el disco alcanzó la posición 3 de iTunes España, siendo la primera vez que este material entra al ranking.

El vídeo muestra un día en la vida de un muchacho, aparentemente, tan melancólica como la canción.

Los espectadores detrás de la pantalla y la banda, inmersa en el video, están atentos a la historia que se desarrolla en una pecera.

A los efectos de vídeo se les pueden adjudicar los mismos adjetivos anteriores.