Tía Josephine vive en una casa ubicada justo en la cima de una colina cerca del Lago Lacrimógeno, un lago tan grande que han sucedido huracanes en él, y que es poblado por hambrientas y voraces sanguijuelas.
Violet se las ingenia para encontrar una distracción y los niños vuelven a la casa de tía Josephine donde Klaus analiza la carta dejada por la mujer, descubriendo que tiene varios errores ortográficos y gramaticales, los cuales han sido puestos a propósito para dejar un mensaje secreto, el cual es Cueva Sombría.
Una vez que llegan a la Cueva Sombría, buscan a Tía Josephine y al encontrarla, ella les explica que el Conde Olaf la había obligado a escribir aquella nota y él mismo había roto el ventanal para hacerles pensar que ella se había suicidado.
Les felicita por haber descubierto su mensaje secreto y los huérfanos la convencen de volver al muelle.
En el viaje de regreso, las sanguijuelas del Lago Lacrimógeno, famosas por poder oler la comida en el estómago de las personas, son atraídas al bote donde viajan los niños y Josephine debido a que esta última recién había ingerido alimento (una banana).