Después de que lo derribaran combatientes enemigos, Scott Tracy es tratado por unos exploradores en el Desierto del Sahara.
Abre su ventanilla para ver donde se encuentra y solo ve pura arena.
Algunas personas decían haber visto la pirámide mientras otros creyeron que era simplemente un espejismo.
El equipo de Rescate Internacional regreso a la Isla Tracy por la mañana.
Sin embargo, los circuitos internos estaban tan dañados que no les permitió llamar a su base.
Atraídos por el sonido del agua corriendo y el esplendor de la tumba del Rey, Wilson y Lindsay no notan que la puerta se cierra detrás de ellos.
Para su horror, ellos tropiezan con el esqueleto del último visitante de la pirámide, pero su esperanza se restaura cuando ellos localizan la Fuente Eterna.
Entretanto, Scott ha seguido las huellas del vehículo al lado de la pirámide y ha aterrizado el Thunderbird 1.
Sin embargo es desarmado y justo cuando Lindsay se prepara para matarlo, Scott se salva por la llegada de dos hombres que llevan un logotipo en forma de “Z” en sus frentes.
A bordo del monorriel, los prisioneros y sus captores viajan encima de una refinería subterránea dónde Scott y Wilson son testigos de como unos hombres con máscaras protectoras manipulan un muy tóxico y explosivo gas para repostar unos aviones de combate, que resultan ser aquellos que previamente derribaron a Scott.
Lindsay recobra la conciencia y Scott le dice que necesitarán correr por sus vidas.