El príncipe constante

En último término el propio Fernando cae prisionero del rey marroquí, que pretende intercambiarlo por la ciudad de Ceuta, en manos portuguesas.

Pese a que en Lisboa aceptan la propuesta, Fernando se niega al trato porque supondría perder almas para la fe verdadera.

[5]​[6]​ La obra es un drama sobre el libre albedrío humano, dividido entre los requisitos éticos y la doctrina de la salvación.

La acción es doble: exterior e interior por parte del protagonista, quien se debate en grandes dudas existenciales.

[12]​ Hay una edición crítica moderna, a cargo de Isabel Hernando Morata (2015).