[4][5][6] El negro Santander era un jamaiquino traído muchos años atrás a Ecuador para trabajar en la construcción de las vías del tren que unió Guayaquil con Quito.
[3] Las anécdotas más crudas eran las referentes a los trabajos en la Nariz del Diablo.
Los muertos eran rápidamente reemplazados por nuevos trabajadores, que pronto morían a su vez sepultados.
[3] El campamento de los peones puede entenderse en sí mismo como una representación de la sociedad ecuatoriana de la época, dividida en distintos grupos étnicos y culturales hostiles entre sí, en el que los blancos ocupaban el escalón más alto y los indígenas el más bajo,[3] aunque todos siempre a merced del naciente sistema capitalista ecuatoriano.
Al referirse a los afrodescendientes, los capataces dicen: "todos son hijos de esclavos.