El traslado de Asensio a Madrid supondría entrar en contacto con los artistas más importantes del momento.
Por este motivo, dado que el artista vive desde cerca este acontecimiento, va a crear obras en las que fundamentalmente abunden los temas militares o las figuras alegóricas y dramáticas, siendo este último el tema que aparece en El náufrago.
Alrededor del personaje, en el suelo, aparecen unas cajas de madera.
Por este motivo, también se conoce esta obra como El contrabandista, pues no queda demasiado claro si se trata de un naufragio en el que las cajas han llegado hasta ese lugar impulsadas por el oleaje, o si es un contrabandista y en dichas cajas transportaría alguna mercancía.
Por último, en cuanto al tratamiento de la luz, vamos a encontrar una característica que también comparte con el maestro.
Esto se acentúa en el personaje, pues el artista aplica sobre la camisa del mismo una luz muy intensa a base de blancos, con la que consigue modelar las figuras gracias a los contrastes de luces y sombras.
En este caso, Goya aplica con mayor certeza la luz, puesto que, aunque se trate de una luz irreal que proviene de un foco ubicado a conveniencia del artista, el propio foco aporta más realismo y dramatismo a la escena.
Dicho todo esto, se puede apreciar en esta obra el sentido romanticista que Asensio Juliá tenía, gracias al tema utilizado en ella y a determinados aspectos del paisaje, pero, como ocurre con Goya, también se puede apreciar la apertura hacia nuevos estilos gracias a la pincelada rápida y al dominio de la mancha y el color, sobre la línea y el dibujo.