Martino acompaña a Marcello en su búsqueda y finalmente éste se decide por Vigna Marzali, una mansión abandonada en las proximidades de unas ruinas.
En este momento comienza la segunda parte del relato, desde la perspectiva de Robert Sutton, un viajero inglés que conoce a Martino.
Sin embargo, consigue salvarse gracias a los cuidados de Sutton y Magnin, que una noche contemplan aterrados que un espectro similar a Marcello entra en la habitación de su amigo y consiguen expulsarlo.
En ese momento Martino despierta y afirma entre delirios que Marcello ha muerto.
El artista se encuentra en unas catacumbas que hay junto a la casa, muerto junto a un sarcófago de mármol en el que reposa Vespertilia, una antigua vampira.