Finalmente en su retiro decide recopilarlo todo en un único libro, uno de los manuales más completos que existen sobre esgrima y estrategia.
En ellas, estudió Kenjutsu, el arte de la espada japonesa, cuyos virtuosos ideales fueron adoptados por Musashi toda la vida.
Se familiarizó con el sabor de la victoria desde su primer enfrentamiento a los trece años.
Aquel que encontraba la iluminación por medio del Kenjutsu, desarrollaba una decisión precisa de la realidad, premiada con una conducta digna y honesta.
Conforme escribiría años más tarde en su obra, Musashi sentía que venció en estos duelos no por haber dominado la estrategia, sino que por ser más fuerte, preparado o simplemente por suerte.
Pasa entonces a buscar el significado más profundo del Camino de la Espada, que lo lleva a entrar en contacto con otras formas de arte como escultura, pintura, caligrafía y también meditación Zen.
Desde entonces pasaron diez generaciones de discípulos, que continúan preservando su enseñanza en el Kenjutsu.
Aquí Musashi explica de qué trata su obra y cómo se divide.
Musashi compara las características del sable con las de otras armas tales como la lanza, el arco y la alabarda.
Un líder debe saber discernir quién de su personal puede ayudar o desempeñarse mejor en una determinada labor.
Musashi remata la sección de las comparaciones con esta frase: “Inserte estas palabras (del libro) en su corazón, hay que investigar más sobre esto”.
La explicación de estas técnicas involucran reflexión tal como Musashi lo advierte, por lo que sus lecciones del manejo del sable pueden considerarse metáforas que pueden aplicarse en cualquier actividad de la vida, de hecho Musashi casi en todo el libro después de que explica una técnica siempre termina cada lección con frases como: “Se debe estudiar esto bien”, “se debe pensar esto con cuidado”, “debes examinar esto para comprenderlo” o “hay que reflexionar”, es decir, él invita a que se vea más allá de la simple lectura.
El maestro Musashi dice al respecto: “Piensa a fondo cada letra y cada palabra de este libro”.
Entre las técnicas que guardan comparaciones o metáforas destaca por ejemplo: Vista y Percepción, uniendo ambos ojos.
Aquí se le da importancia a la percepción que la simple vista en sí.
Esto es que en el combate no se debe estar siempre con una postura fija, sino que se debe cambiar constantemente la puesta en guardia de acuerdo a las circunstancias, del mismo modo como el agua cambia su forma de acuerdo a la forma del cauce por donde fluye ésta.
“Si piensas sólo en golpear o tocar al enemigo, entonces probablemente no lo cortarás.
O sea, que se debe actuar siempre teniendo presente en la mente, cuáles son los objetivos verdaderos.
El maestro termina este manuscrito recapitulando las lecciones anteriormente expuestas y encomienda al lector: “Recuerda que para vencer en la estrategia del sable, primero aprende las cinco posturas, las cinco técnicas, recordando el Camino del Sable”.
En este manuscrito se ven técnicas que tienen que ver con diversas situaciones tales como el ambiente donde se está peleando, manejar el estado de ánimo del oponente, qué actitudes adoptar de acuerdo a determinada situación, cómo aplicar la técnica adecuada según la circunstancia, cómo aplicar estrategias para engañar y sorprender al rival y otras técnicas interesantes.
En este apartado el maestro Musashi una vez más reafirma que su “Camino de la estrategia” es el método seguro para que un solo hombre pueda vencer a cinco o a diez hombres.
Pero Musashi no solo es un guerrero, también es un gran pensador y nuevamente acompaña sus lecciones haciendo comparaciones con situaciones de la vida cotidiana.
Otra de las enseñanzas importantes del maestro es cuando compara una travesía marítima con determinada circunstancia que se nos pueda presentar en la vida, aquí el maestro dice que conociendo la ruta marítima, las circunstancias tales como el estado del clima, la dirección de los vientos, sabiendo cómo manejar adecuadamente la vela para aprovechar los vientos favorables o incluso con viento en contra se puede remar y llegar a puerto seguro.
Musashi dice al respecto: “En la estrategia, también es importante surcar la travesía en medio de la lucha”.
Ésta trata de que no es recomendable usar la misma técnica contra el adversario.
Si se utiliza una técnica que ha fallado dos veces, entonces no tiene caso repetir una tercera.
Una vez más el maestro japonés invita a la reflexión para que se aplique en la vida diaria.
Después de ésta y otras técnicas, Musashi termina este manuscrito garantizando al estudiante que el Camino de la estrategia lo mantendrá firme como una roca sin que nadie pueda moverlo.
Con esta frase, Musashi conceptúa el Vacío en la mente, es decir, que debemos combatir sin detenernos a pensar en sus enseñanzas, más bien debemos combatir con naturalidad casi instintivamente, aplicando claro está sus enseñanzas, pero sin pensar en ellas en el momento de combatir y este "no pensar" es precisamente cuando "uno se separa de esa razón libremente" de lo que se ha aprendido, esto es el Vacío.
Los empresarios japoneses aprovechan hábilmente las enseñanzas de este libro, y visto desde esa perspectiva se comprende por qué varias compañías japonesas tales como fabricantes de autos, electrónicos, etc., han tenido éxito a nivel mundial.