El inicio de la primavera (Novela)

Ella regresa a Inglaterra sin avisar ni dar explicaciones y él necesita urgentemente encontrar a alguien que cuide de sus tres hijos, Dolly, Ben y Annie (Annushka).

Luego, la señora Graham, esposa del capellán anglicano, le presenta a Muriel Kinsman, una institutriz inglesa que, por razones poco claras, ha sido recientemente despedida de su puesto.

Selwyn presenta a Frank a Lisa Ivanovna, una joven vendedora que se encuentra llorando en el departamento de pañuelos para hombres de la tienda local.

Pero los niños quieren quedarse en Moscú y Frank decide no hacerlo.

En un claro del bosque ven muchas figuras misteriosas y silenciosas -no explicadas en la novela-, cada una de las cuales se aprieta contra un abedul distinto.

Desde entonces, Nellie vive en un asentamiento tolstoiano en Inglaterra, un lugar que él había recomendado previamente a la institutriz, Muriel Kinsman.

[2]​ Más tarde, Fitzgerald consideró Nellie y Lisa, pero su editor no lo aprobó y sugirió en su lugar La llegada de la primavera, idea que el autor modificó para el título publicado.

[5]​ La escena se desarrolla en una ciudad antropomorfizada de Moscú, con una burocracia corrupta, edificios ruinosos y un clima frío y gris durante gran parte del año.

La trama se desarrolla durante la Cuaresma y alcanza su clímax al llegar a la Pascua.

Fitzgerald no deja claro si las figuras son personas reales, tal vez doukhobors, o si deben interpretarse como un sueño, o en sentido figurado como Los oyentes del poema de Walter de la Mare[12]​.

[12]​ Christopher Knight señala que hay paralelismos entre la obra de Fitzgerald y la Biblia.

[15]​ Fitzgerald no proporciona la resolución inmediata de sus secretos y exige a la fe un significado más profundo, que se revelará con el tiempo.

Escribiendo para el New York Times Book Review, Robert Plunket comparó a Fitzgerald con EM Forster y consideró que el libro era una comedia costumbrista muy buena y muy moderna, una obra "cuya mayor virtud es quizá la más anticuada de todas.

[23]​ En 2015, fue elegida por Robert McCrum para su Lista de las 100 mejores novelas inglesas, elaborada para The Guardian.