El impostor inverosímil Tom Castro

[3]​ Luego fue publicado en la colección Historia universal de la infamia (Tor, 1935) como «El impostor inverosímil Tom Castro».

Después de una infancia difícil, Orton decide huir al mar y en Valparaíso cambia su nombre a Tom Castro.

En Sídney, Australia, conoce a Bogel, un sirviente negro, y se hace amigo de él.

Poco después, Lady Tichborne muere y «los parientes entablan querella contra Arthur Orton por usurpación de estado civil».

[15]​ Aquí, el lector se puede confundir, porque podría pensar que está leyendo una historia verdadera.

Sin embargo Lyon afirma que al final del cuento, «el narrador de primera persona se ha esfumado en la anonimia» y de esta manera permite que los eventos se desarrollan por sí mismos, sin sus intervenciones directas.

[17]​ En cuanto al tema del destino en «El impostor inverosímil Tom Castro», la relación de Lady Tichborne con Tom Castro muestra la construcción político o social que trata de vincular la existencia individual con su propio destino; en este caso la construcción se basa en el momento en que Lady Tichborne ve a su hijo en la cara de Castro y entonces empiezan los pasos del destino de Castro.

[18]​ Adicionalmente, el título del cuento prefigura la naturaleza oximorónica de la historia: por lo general, un impostor trata de asumir la apariencia y rasgos generales del individuo que quiere impersonar, pero Tom Castro es «el impostor inverosímil» porque evita hacer justamente eso.

Más específicamente, el viaje en este cuento es una huida: Arthur Orton comienza su aventura «huyendo al mar» para «romper con la autoridad de sus padres».

[22]​ Sin embargo, aquí no hay el objeto búscado tradicional, como en el Quijote, sino «la calificación del objeto búscado» en este cuento es algo negativo porque representa al rechazo (en la huida).

Roger Tichborne (a la izquierda) y Arthur Orton (Tom Castro)