Por aquel entonces, Maciek era un líder estudiantil e intenta convencer a su padre para que apoye la lucha contra el comunismo.
Tras un tiempo en el asilo, Maciek regresa dispuesto a abandonar sus estudios por Solidarność.
El director del astillero descubre los trapos sucios de Maciek y lo despide.
Ya sin trabajo, Maciek se dedica a escribir textos en contra del gobierno y del comunismo polaco, y es encarcelado tres meses.
El resultado de esta huelga es la fundación del sindicato obrero Solidarność.