El espejo (película de 1975)

Tarkovski presenta, como una personalidad distinguida en el terreno cinematográfico, un cine no convencional, alejándose totalmente de los cánones establecidos: no atiende a una estructura narrativa, sino que muestra sus propios sentimientos, sin interesarle divertir o agradar al espectador.

Según Tarkovski, cuanto más personal fuese lo representado en la pantalla, mayor grado de cercanía y emotividad lograrían las imágenes en el espectador.

Esta obra aúna diferentes elementos cinematográficos y manifestaciones artísticas que conforman un todo con un significado estético brillante.

De hecho dijo “quien no haya prestado atención a esos ruidos se pierde una maravilla”.

Aunque la idea inicial provenía de años atrás, Tarkovski empezó a trabajar en el guion, mientras rodaba Andréi Rubliov.

Sin embargo, hubo un enfado entre ellos por una escena principal que no terminaba de convencer a Tarkovski.

Ante tal discusión, Misharin se sentó ante la máquina de escribir y volvió a redactar dicho episodio.

[2]​ Una vez terminada toda la fase del rodaje, vieron que en realidad habían rodado seis episodios de más.

Durante mucho tiempo no supieron cómo estructurar la película puesto que habían diseñado los episodios por separado.