Esta narración es un alegato contra la ignorancia y la superstición de la época en la que escribió la autora.
Un día Jules sorprende a todos los vecinos contrayendo matrimonio con Fanny Campbell, una hermosa mujer inglesa, que despierta el enfado y la animadversión de Adèle.
Madame Cabanel no comprende el rechazo de los vecinos, pero lo soporta sin queja.
Cuando Monsieur Jules Cavanel y el pequeño Alphonse también caen enfermos, la superstición también llega a la casa del matrimonio.
El médico afirma que no existió vampirismo, sino los efectos de una enfermedad natural.