[1] El estilo, el argumento, la técnica, la manufactura, las medidas y la procedencia indican que esta obra y El minué nacieron formando pareja.
En ambos casos la acción tiene lugar en la atmósfera carnavalesca veneciana que impregna una multitud formada por gente sencilla, damas elegantes, niños, máscaras, charlatanes y feriantes, auténticos protagonistas de lo que se representa.
Así pues, el Carnaval es el emblema de una humanidad que renuncia a la propia identidad y la oculta tras apariencias efímeras.
En El charlatán, la multitud asiste a la exhibición de un hábil personaje de la calle que engatusa a quien lo escucha, mientras que en El minué son en teoría Pantaleón y Colombina los que, acompañados por otras máscaras, danzan en el jardín de una villa de tierra firme.
Un estilo anecdótico narrativo que describe con aire festivo las costumbres y las tradiciones de los venecianos.